Dr. L. Ciocca: LA CRISIS DE LA EDUCACION

Dr. L. Ciocca: LA CRISIS DE LA EDUCACION
Prof. Dr. Luis Ciocca Gómez, académcio del Departamento de Patología de la Facultad de Odontología
Prof. Dr. Luis Ciocca Gómez, académcio del Departamento de Patología de la Facultad de Odontología

Hasta el 11 de Septiembre de 1973 nuestro país tuvo un ordenamiento jurídico que privilegiaba el interés social por sobre el individual. Particularmente en el ámbito de la Salud y la Educación, que son los que como profesionales sanitarios y académicos nos interesan especialmente, nuestros logros e indicadores eran reconocidos nacional e internacionalmente.

En salud y educación convivían lo público y lo privado en un, a mi juicio, adecuado equilibrio.

Dejaremos el análisis de la situación de la salud para otra oportunidad y nos centraremos en la actual contingencia: el problema de la Educación.

El sistema educacional chileno se desarrolló paulatinamente desde los albores de la república. Ese desarrollo en el que el rol del Estado fue fundamental llevó a nuestro país a los niveles que nos permitieron ser modelos a lo menos en América latina.

En 1842 se fundó la Universidad de Chile. Ese mismo año, el 14 de Junio nació la Escuela Normal de Preceptores (maestros primarios), cuyo primer Director fue Domingo Faustino Sarmiento, También en esos años se fundó la Escuela de Artes y Oficios, señera antecesora de la Universidad Técnica del Estado.

A partir de esos hitos se llegó a contar con un sistema constituído por una sólida, educación pública básica, media y superior y una estructura de colegios básicos, medios y también entidades universitarias particulares.

Se trataba de un sistema bien integrado cuya regulación estaba a cargo de un Ministerio fuerte y con atribuciones para fiscalizar y dictar las grandes políticas nacionales educacionales, las cuales eran acogidas por todos los actores.

La educación pública primaria y media era financiada por el Estado, al igual que toda la universitaria tanto pública como privada. Algunos colegios particulares muy elitistas eran financiados por sus usuarios, mediante aranceles que de todas maneras no eran prohibitivos para el estrato socioeconómico al que atendían.

Esto funcionaba. Respondía al hecho de que constitucionalmente, la educación era "atención preferente del Estado", el cual destinaba un porcentaje importante de su producto nacional bruto a su financiamiento. El fin último del sistema educacional chileno era "formar al ser eficiente social".

En pocas palabras, ese sistema era uno de los paradigmas de nuestra cultura republicana. Sin embargo fue "demolido". Los cambios que se hicieron en la Educación Pública invocando necesidades "modernizadoras"( ) condujeron al desastre que hoy exhibimos con vergüenza: inequidad, mala calidad de la docencia, ignorancia de los profesores, alumnos que no comprenden lo que leen, etc. Estos efectos han repercutido y se observan, por supuesto, en toda nuestra sociedad.

Es decir, creo que es necesario, comparando lo que tuvimos, con lo que existe hoy, recuperar un verdadero Derecho a la Educación, a una Educación digna, de calidad, que se entregue a todos en condiciones de equidad, en que todos quienes tengan capacidad puedan estudiar sin limitaciones de ningún tipo, en que haya regulaciones nacionales y no libertinaje, y la Educación siendo un Derecho Humano esencial, no esté sujeta a las condiciones del mercado.

Me parece, por lo tanto, que no resulta de ninguna manera descabellado plantearla recuperación de lo valioso del viejo Sistema. Plantear el retorno a un Estado Solidario, en el cual la Educación Pública merezca nuevamente una atención preferencial no es sinónimo de "estatización", ni de eliminación de la educación privada; tampoco es nostalgia del pasado. La subsidiariedad nos ha conducido a un deterioro gravísimo en la calidad de la educación; a la inequidad; al aumento creciente de la brecha socioeconómica entre nuestros cuerpos sociales. Todo esto puede terminar en un profundo quiebre entre una elite ilustrada que tendrá todo y una parte importante de la población condenada a sobrevivir con empleos precarios, educación deficiente y otros déficits, que ya vislumbra que se le van cerrando todos los caminos que le permitan su movilidad social en justicia, equidad y democracia.

Dr. Luis Ciocca G.

Académico del Patología de Facultad de Odontología

Director Departamento de Medicina Legal de la Facultad de Medicina

Universidad de Chile



 

(1) En 1974 se eliminaron las Escuelas Normales, en las cuales se formaban los profesores de educación básica, también llamados normalistas. Llegaban a ellas los mejores alumnos de las escuelas primarias de todo Chile. Pocos años después se inició el Proceso de "Municipalización" de las escuelas primarias y liceos, institutos comerciales y escuelas industriales. Apareció la acción subsidiaria del estado mediante el traspaso de recursos a través de los "sostenedores". Los resultados están a la vista. Especialmente en lo que ha pasado con la enseñanza técnico-profesional, prácticamente inexistente o de escasísima calidad.

En la Educación Superior, el ataque contra la Universidad de Chile fue frontal: se la despojó de su Instituto Pedagógico, del Tecnológico y de todas sus sedes de provincias ( hoy regiones). Se le dejó, sin embargo toda la deuda existente a la sazón. La reducción del aporte del estado ha continuado año a año.

En 1980, con el pretexto de generar recursos para la mejoría en la calidad de la educación, se anunció que se establecería el pago de aranceles mínimos en las universidades y se generó el sistema de desarrollo de instituciones de educación superior sin fines de lucro. También los resultados están a la vista.

 

 

 

 

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