La Prof. Sandra Caponi académica del Departamento de Sociología de la Universidad Federal de Santa Catarina, UFSC Brasil, encabezó el Conversatorio "Una Sala Tranquila: Neurolépticos y atípicos para una biopolítica de la indiferencia", organizada por el Museo Nacional de Odontología.
La Prof. Caponi ha realizado un análisis histórico de la revolución farmacológica en Psiquiatría, y en ese contexto,ha estudiado la medicalización psiquiátrica especialmente en niños y mujeres, como grupos de la población más vulnerables, a los que, hoy en día, se debe sumar a los adultos mayores, las personas que están en asilos de ancianos, donde hay indicios claros que están sujetos al mismo proceso de sobre medicación.
En un contexto de dificultades epistemiológicas para abordar diagnósticos de ‘locura’, la investigadora, cuyo origen se encuentra en la Filosofía, realizó un análisis histórico. A través de su libro, del mismo título del Conversatorio, decidió “ir al origen de cuándo aparecen los primeros anti sicóticos o el primer anti sicótico que es la clorpromazina y cómo fue descubierta en 1952. La segunda parte de mi año de investigación fue realizada en el Hospital Psiquiátrico Santa Anne, en Paris, lugar donde Foucault realizó su residencia, donde trabajaron los descubridores de la clorpromazina y es lo que se dice que se inaugura la revolución psicofarmacológica y mi pregunta era ¿qué significa revolución psicofarmacológica?; es posible hablar de la revolución psicofarmacológica de la misma manera que se habla de la revolución Pasteuriana, por ejemplo, ¿estamos hablando del último nivel de los antisicóticos como de los antibióticos?, significa lo mismo en eficacia terapéutica, se mide de la misma manera?”.
De acuerdo a lo estudiado por la Prof. Caponi, “una palabra que aparece y que apareció en todos los documentos, tanto en los franceses y también en los documentos americanos, es la palabra “indiferencia” ¿qué es lo que se conquista? Se conquista la indiferencia y por eso, ante la reiteración de la palabra indiferencia, es el título de una biopolítica de la indiferencia”.
Una de las ideas trabajadas por la Prof. Caponi es “cómo que el poder psiquiátrico, a partir de esa revolución piscofarmacológica, se va a ampliar cuando encuentra su lugar en otros espacios, no solo en asilo, sino el psiquiatra en la escuela, los problemas sexuales en los adolescentes, cuando el joven comete un acto delictivo, en otras palabras, la psiquiatría como una herramienta general para la estandarización”. Además, la académica aborda la cuestión de las salas disciplinadas y el problema de los efectos colaterales.
Con el descubrimiento de clorpromazina en 1952, indicó la Prof. Sandra Caponi, “se inaugura la revolución psicofarmacológica, ¿por qué? porque la conformación va a servir como modelo para todos los otros medicamentos psiquiátricos que van a surgir posteriormente. Se puede decir que la clorpromazina es un modelo ejemplar de resolución de problemas, ¿por qué? porque la misma forma que se descubre, la clorpromazina, se va a replicar en otros medicamentos que van a surgir como los antidepresivos, ansiolíticos y otros. La clorpromazina va a venir a anunciar una nueva era psiquiátrica, una era donde al psiquiatría aparece como más próxima a la medicina, donde las terapias de shock, las terapias clásicas, comienzan a desaparecer o, por lo menos, se dice que pueden ser sustituidas por medicamentos en cualquier hospital”.
