Sin barreras de género

Sin barreras de género
Prof. Dra. Fresia Steinmann Rosemblut, académica ad honorem del Departamento de Cirugía y Traumatología Máxilo Facial.
Prof. Dra. Fresia Steinmann Rosemblut, académica ad honorem del Departamento de Cirugía y Traumatología Máxilo Facial.
Dra. Marcela Hernández Ríos, académica del Departamento de Patología de la Facultad de Odontología.
Dra. Marcela Hernández Ríos, académica del Departamento de Patología de la Facultad de Odontología.
Viviana Barahona Herrera, secretaria de la Dirección de la Clínica Odontológica Universidad de Chile.
Viviana Barahona Herrera, secretaria de la Dirección de la Clínica Odontológica Universidad de Chile.
Patricia Sagüés Cáceres, secretaria de la Escuela de Graduados de la Facultad de Odontología.
Patricia Sagüés Cáceres, secretaria de la Escuela de Graduados de la Facultad de Odontología.

Con más de un siglo enseñando Odontología en el país, la Escuela Dental fundada en 1888, más tarde convertida en Facultad de Odontología de la Universidad de Chile, ha visto transitar por sus aulas a miles de jóvenes que se han convertido en cirujanos dentistas, herederos del espíritu de servicio característico de su alma mater.

Si en los albores de la carrera de Odontología, la mayoría de quienes completaban sus matrículas eran hombres, actualmente son las mujeres las que se apropian de los cupos regulares. Según datos de Secretaría de Estudios de la Facultad de Odontología, en el año 2008 hubo 363 mujeres de un total de 630 alumnos matriculados en Pregrado.

De los desafíos de la inserción de la mujer en la Universidad de Chile, nos hablaron dos docentes y dos funcionarias de nuestra unidad académica.

"En la Universidad se es capaz o no se es capaz"

Con más de 40 años de trayectoria como docente en la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile, la Prof. Dra. Fresia Steinman Rosemblit, académica ad honorem del Departamento de Cirugía y Traumatología Máxilo Facial, fue una de las pioneras en el mundo de la cirugía en el país.

Caracterizado por la notable presencia de varones, inicialmente, los círculos profesionales de la Cirugía fueron poco permeables por mujeres. No fue sino la fortaleza de carácter y su amor a la cirugía la que hizo que la Dra. Steimann superara la indiferencia de algunos colegas, "cuando yo empecé, la cirugía era mucho más sencilla, ahora y en mis largos años todo ha cambiado, los colegas han viajado al extranjero a perfeccionarse, entonces, la cirugía buco máxilo facial ha progresado tremendamente pues ellos le dieron otro giro a la cirugía".

Un hecho que refleja el sello de la Dra. Steiman fue su rechazo a la propuesta de su novio, el abogado Jacobo Chernilo, quien le propuso que, una vez casados, ella no trabajaría más. Tal propuesta no pudo sino ser resistida por la Dra. Steiman, quien le respondió que luego de tanto estudiar era impensable no ejercer, por lo que si el novio no estaba de acuerdo con ello no habría matrimonio. Tras esta aclaración su matrimonio se extendió por 45 años.

La Dra. Steinman precisó, "no soy buena para coser, ni para cocinar y no me gustan las teleseries, entonces, venir a la Escuela, a esta edad, para mí es un placer y vengo con mucho gusto".

Para esta maestra de generaciones de odontólogos, su desempeño en la Universidad de Chile ha sido parte de su vida y "a pesar de que estoy jubilada, parte de mi vida la he pasado aquí, con los colegas, con los alumnos, lo que me ha mantenido la cabeza despejada".

Más allá de los desaires que pudo recibir de colegas, hubo "algunos que eran cariñosos conmigo pues siempre hay amigos, pero lo importante es el hecho que a uno le guste lo que hace, aunque no sea tan valiosa una", dijo la docente.

Como muestra de su aplomo, la Dra. Steiman aseguró no haber tenido ningún privilegio por ser mujer en la Universidad. "Eso de ventaja no, aquí el que se la puede, se la puede, no es por ser mujer o ser hombre. Creo que Chile es un país bastante adelantado en ese aspecto, por ejemplo, en la Facultad de Medicina entran un montón de mujeres".

La Dra. Steinman recordó que cuando ella ingresó a estudiar Odontología la matrícula alcanzaba los 50 alumnos, de los que sólo 15 eran mujeres. Hoy día, su hija mayor y una de sus nietas son médicos "y no creo que hayan tenido discusiones por ser mujer, ahí el que es capaz, es capaz y el que no es capaz, no es capaz no más, creo que no hay discriminación".

Otro rasgo que caracteriza a la Dra. Steinmann es su "amor por la asignatura y por los colegas que son amigos míos". Además de su gran compromiso y preocupación por los pacientes y la siempre presente curiosidad y ansias por identificar las patologías, establecer un diagnóstico certero y seguir, muy de cerca, los tratamientos aconsejados a sus pacientes, aún más allá de los años.

Como docente, la Dra. Steinman señaló no poder satisfacer las expectativas de todos los estudiantes, "a veces me encuentro en el Metro o en la calle con ex alumnos que me dicen. Ud. fue mi docente, pero otros miran para el norte, pues Ud. no les puede dar en el gusto a todos, eso es imposible, eso es cuento". Añadió que "yo les digo a los alumnos que si no sé lo que me preguntan, vamos a consultar a los libros o a los paper; si antes uno creía que el profesor lo sabía todo, hoy día hay otras fuentes de conocimiento".

En la experiencia de la Dra. Steinman, la educación ha progresado mucho, lo que ha significado, prácticamente, la desaparición del analfabetismo en todas las esferas sociales. "En Chile la educación primaria obligatoria es para todo el mundo; también leí que, para entrar a la Universidad, 270.000 alumnos dieron la PSU, eso significa que gran parte de la población chilena quiere entrar a la Universidad".

Según la Dra. Steinman, una mayor preparación es la que espera a los universitarios del siglo XXI, "ahora la gente se prepara más y los docentes salen al mundo para ver qué hay fuera de Chile".

Asimismo, la docente cree que lo principal para enfrentar los escenarios de la Universidad de ayer, hoy y mañana es "querer lo que uno hace, hacerlo con gusto, estudiar, leer los libros, los paper y, si uno no sabe, tiene que acercarse a los que saben más. En la Universidad uno tiene que amar lo que hace y tratar de progresar, no quedarse con lo poco", finalizó.

Más audacia en la carrera académica

Para la Dra. Marcela Hernández Ríos, académica del Departamento de Patología, ser mujer en el mundo de la Universidad no es tan distinto a serlo en el mundo laboral en general, "porque siempre está el tema de la familia y de los hijos que es lo que más cuesta coordinar con el trabajo y, particularmente, en una Universidad, donde uno permanentemente se está perfeccionando o haciendo estudios de Posgrado. Siempre hay un momento en que uno se topa con el tema de la maternidad y eso obliga a canalizar el tiempo y la energía, predominantemente, a una cosa u otra, entonces, hay que tomarse un tiempo para bajar un poco la actividad académica y concentrarse más en lo que es familia y viceversa, tratando de balancear los dos lados".

La docente acaba de obtener una beca de Posgrado y está próxima de trasladarse a Helsinki, Finlandia, durante tres meses para iniciar sus estudios de Doctorado. "A parte de lo académico está el tema viajes, algo que no es tan fácil de manejar, por lo hay que hacer todo un operativo para poder dejar las cosas funcionando en la casa y poder irse al extranjero una semana, uno o tres meses. Pero, como siempre, si uno se organiza bien, es posible de llevarlo a cabo".

Si bien, la académica reconoció que la Universidad no escapa a la tendencia observada en el mundo laboral y político y los cargos directivos están ocupados por hombres, en su experiencia no ha percibido modo alguno de discriminación por género. En su opinión, "Odontología es una buena carrera para mujer, porque, en teoría, se puede trabajar en forma independiente, hacer su propio horario y eso compatibiliza mucho con la idea de familia".

Por lo mismo, estimó la Dra. Hernández, el tema de Jefaturas en el caso de la mujer absorbe más tiempo y, posiblemente, esa es la razón por la que las mujeres no aspiran, en gran medida, a ocupar ese tipo de cargo, pero "creo que luego va a empezar a pasar y de hecho, ya está pasando en el mundo laboral en general donde muchas mujeres ocupan Jefaturas importantes".

La investigadora, que recientemente obtuvo un Proyecto Fondecyt, tampoco percibe tener privilegios por ser mujer en la Universidad. "No siento que tenga ninguna ventaja sobre mis colegas por ser mujer y tampoco vivo, ni he vivido, ninguna desventaja en este momento, creo que es un mundo bastante equitativo en ese sentido. Conozco muchas mujeres que son investigadoras connotadas y uno no tiene ni más ni menos problemas para publicar o ganar Proyectos".

Dado los nuevos escenarios de la Universidad en el siglo XXI, la Dra. Marcela Hernández piensa que los mayores desafíos para la mujer en este espacio intelectual y profesional es apropiarse de más Direcciones o Jefaturas. "Sería bueno que las mujeres universitarias tuviéramos un poco más de audacia en el sentido de la carrera académica, de poder insertarse en ella, que es muy compatible con el tema familiar y, como en todo trabajo, hay que balancear y coordinar los tiempos; así, la carrera académica debiera ir evolucionando en ese sentido para después a atreverse a tomar Jefaturas en general".

Crecimiento sostenido

Con una trayectoria de cerca 20 años en la Universidad de Chile, Viviana Barahona Herrera, secretaria de la Dirección de la Clínica Odontológica Universidad de Chile definió su estadía en nuestra casa de Estudios superiores como de crecimiento, laboral y personal.

A su ingreso como secretaria del Área de Cirugía, siguió su desempeño en la carrera de Tecnología, en Subdirección Centro de Clínicas de la Facultad, hoy Clínica Odontológica, lugar donde se ha mantenido hasta ahora.

Lo que en principio fue timidez, dada su juventud, se fue transformando en aprendizaje, perfeccionamiento y experiencia; conoció la terminología propia de la Odontología y también la relación con alumnos y docentes de la carrera. "Trabajar con las personas de Centro Clínicas me hizo crecer mucho, pues detrás de cada persona hay una historia que hay que escuchar, entonces fui desarrollando más mi interés por las relaciones humanas. Yo ingresé a la Facultad muy tímida, pero eso me ayudó a crecer", confesó.

Viviana piensa que, desde pequeñas, las mujeres asumen responsabilidades, pero dentro de ello "hay muchas satisfacciones que no tiene el otro género y ahí se produce una balanza, porque dentro de lo que uno se sacrifica, estudia, trabaja, estudia con los hijos, se preocupa del pediatra, del colegio y corre todo el día, hay una satisfacción personal exquisita y yo siento que este trabajo me lo ha dado mucho".

La Universidad, aseguró, permite compatibilizar la vida laboral con la familiar, "los horarios de la Facultad son ideales para una mamá, porque uno llega temprano a la casa, se organiza y no tiene que trabajar el día sábado. Acá hay muchas mujeres que son jefes de hogar y trabajar en la Facultad es clave porque tenemos Bienestar y distintas ayudas, a diferencia del mundo privado el que también conozco".

En la experiencia de Viviana, lo más difícil de trabajar en la Universidad es el manejo de los afectos que se generan en una convivencia, en el marco de lo laboral. "He trabajado con mucha gente y en diferentes servicios y una de las cosas difíciles es que uno se encariña con las personas que trabaja y después va avanzando y se produce un alejamiento propio de las nuevas tareas asumidas", expresó.

Al pensar en la inserción de la mujer en la Universidad del siglo XXI, Viviana Barahona cree que es necesario que "la mujer, de alguna forma, se sienta con territorio propio, pues actualmente todavía hay mujeres que trabajan pero no se encuentran satisfechas y se sienten hasta culpables de no ver a los hijos o no ir a dejarlos al colegio. Espero que esa culpabilidad se vaya alejando, que la mujer se sienta útil e importante tanto en su hogar como en su trabajo, porque trabajamos por un tema económico, pero también podemos aportar, movernos y evolucionar junto con la Facultad, en lo personal y en lo laboral". Viviana invitó a sus colegas a aceptar la nueva estructura de la Facultad y abandonar el rol pasivo del funcionario, "las mujeres tenemos ideas que entregar, mayor desarrollo del instinto y la energía propia de una mujer que sabe salir adelante frente a todo y, como versa el dicho: detrás de un gran hombre, hay una gran mujer", aseguró.

El valor del servicio al país

Destacando el compromiso con la educación pública, Patricia Sagüés Cáceres, secretaria de la Escuela de Graduados de la Facultad de Odontología, afirmó que "es importante pertenecer a la Universidad de Chile, pues ésta es la Universidad estatal de nuestro país, cuya función principal es entregar profesionales de alta calidad y, sobre todo, con un compromiso social importante hacia la comunidad y por cierto, nosotras ayudamos a ese fin".

Para la funcionaria, que acaba de cumplir 30 años de servicio en la institución, "toda mujer que trabaja en la Universidad de Chile, tiene una visión distinta al resto de ellas sobre la educación que deben tener sus hijos, pues deseamos que éstos estén dispuesto a servir al país".

Reconoció que, si bien la Universidad "no está exenta de problemas, como cualquier otra institución, conviene recordar que la Universidad somos todos, por lo tanto, debemos ayudar a su proyección, principalmente, por su trayectoria y su relevancia para Chile, pues recordemos que por las aulas de esta Universidad han pasado, Presidentes, Ministros, grandes empresarios, Parlamentarios y la primera mujer Presidenta".

Patricia está convencida que el mayor desafío para la mujer en la Universidad del Siglo XXI "es defender su lugar en el ámbito laboral universitario, considerando que la mujer se ha incorporado plenamente en el mundo del trabajo, por lo que se debe contemplar su capacidad, alta preparación y capacitación para ejercer cualquier cargo, resguardando su condición de madre, esposa, dueña de casa, situaciones, estas últimas, que se han visto deterioradas con su inserción en el campo laboral, el cual no considera la igualdad de los géneros.

Como mujeres trabajadoras de esta importante institución, dijo la funcionaria, "estamos capacitadas para expresar a la opinión pública nuestros intereses más íntimos, ya que poseemos mejores herramientas que otras mujeres trabajadoras".

 

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