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El crimen de la legación alemana: un caso clave para la odontología forense en Chile

El crimen de la legación alemana

A solo cuadras de la Casa Central de la Universidad de Chile, en la esquina de Nataniel Cox con Alonso de Ovalle, se encontraba la casa 112, que albergaba en su segundo piso a la Legación Imperial de Alemania. Fue en este sitio que el 5 de febrero de 1909 se produjo un violento incendio que arrasó con cinco casas del sector y movilizó a prácticamente todas las compañías de bomberos del sexto cuartel de Santiago. Entre ellas, estaba la 5° Compañía de Bomberos de Santiago, una institución que tenía estrechos lazos con la Casa de Bello.

En el Libro de Guardia Semanal de ese día, el oficial de guardia Abel Coo Tagle consignó que, “a pesar de la prontitud de las bombas para llegar al sitio del siniestro, no se pudo dominar al fuego debido a que todas las casas que se quemaron eran de material ligero”. Pero una vez controlado el fuego, el ministro plenipotenciario del Imperio Alemán, Hans Von Bodmann, quien se encontraba en el Ministerio de Relaciones Exteriores al momento del incendio, reportó la desaparición del segundo secretario de la Legación, el alemán Guillermo Beckert, además del portero chileno de la misma, Ezequiel Tapia. Ambos se encontraban dentro de la Legación antes del incendio.

A las 19:00 horas, como señala un recorte de prensa del diario El Mercurio de Santiago, la Policía de Aseo encontró entre los escombros de la Legación un cuerpo carbonizado junto a una cigarrera de plata y otras pertenencias asociadas a Guillermo Beckert. A esto se sumaba la desaparición de $3.000 pesos de la época de una caja fuerte, como acusó el canciller Von Bodmann tras ver los restos de la Legación.

Para el reconocimiento médico legal, se designó a los doctores Allende Aldunate, Carlos Molina y Eduardo Donoso Grille, quienes la mañana del día siguiente emitieron un informe al juez del 4° Juzgado de Santiago, Juan Bianchi, donde planteaban que el fallecido correspondería a Guillermo Beckert y que murió de forma accidental. Las únicas evidencias para su conclusión fueron las pertenencias encontradas cerca del cuerpo y un anillo de matrimonio con las iniciales de la esposa de Guillermo Beckert, Natalia López.

Teniendo ya una identidad del cuerpo, el registro de la pérdida de $3.000 pesos de Legación y la desaparición del portero de la misma, Ezequiel Tapia, los medios y distintas autoridades especularon que el hecho se trataría de un robo con asesinato ejecutado por Tapia. Al respecto, el curador del Museo Nacional de Odontología de la Universidad de Chile, Cesar Leyton, destaca cómo este hecho provocó un escándalo internacional con la enorme potencia que era en ese entonces el Imperio Alemán. “Se plantea mucho que Alemania está interesado en el tema del Estrecho de Magallanes, ya que es una posición estratégica dentro de lo que va a ser la Primera Guerra Mundial. Entonces, yo diría que este es un caso diplomático” explica el historiador de la medicina.

La autopsia alemana desafiada por un dentista

Fueron estas sospechas las que obligaron a realizar una segunda autopsia. Sin embargo, esta sería desarrollada por médicos de origen alemán. Así, el juez Bianchi designó al doctor Otto Aichel y al profesor de Patología General y Anatomía Patológica de la Universidad de Chile, Max Westenhoffer. Sobre este último, el profesor Leyton subraya lo controversial de su figura, ya que fue un médico que posteriormente colaboró con el nazismo desde Latinoamérica.

“Son médicos que conformaron, posterior a 1922, su militancia en el Tercer Reich. Eran médicos del nazismo, incluso creando una teoría evolutiva. En la Universidad de Chile tenemos un libro llamado Bulevar de los pobres, que es la historia del racismo científico en Chile, ahí salen estos médicos haciendo autopsia a población mapuche. Tienen una teoría bastante singular, donde incluso hicieron tráfico de órganos”, señala César Leyton.

Esta segunda autopsia determinaba como nueva causa de muerte una fuerte contusión en la cabeza, sumado a una puñalada con un cuchillo de entre 3,5 y 4 centímetros de ancho. Sin embargo, el informe era claro en mantener la conclusión de que el cadáver correspondía a Guillermo Beckert. Este último punto generó controversia y rechazo por parte de la sociedad chilena, que empezaba a dudar de la versión oficial ante el surgimiento de testimonios de personas que aseguraron ver a Beckert la noche después de su supuesta muerte. 

Una de las personas que cuestionaba el informe fue el director de la escuela de Dentística de la Universidad de Chile, Germán Valenzuela Basterrica, médico cirujano de la Universidad de Chile y becado en Francia por la Universidad de París. Allí sería discípulo del doctor cubano Oscar Amoëdo, quien es considerado el padre de la odontología legal. Gracias a él, Valenzuela Basterrica desarrolla alguna de las técnicas de reconocimiento pre mortem que usaría en el caso.

De hecho, como explica la Dra. Lily Ramírez, encargada del área de Medicina Legal Odontológica de la Universidad de Chile, “la pericia odontológica del doctor Valenzuela Basterrica es similar a lo que se hace actualmente. Lo que ha cambiado tal vez es la mejora en la tecnología, pero básicamente es la misma observación”, destaca Ramírez.

Fueron estas pericias las que permitieron descubrir que la identidad del cuerpo calcinado correspondía a la de Exequiel Tapia, dejando al Guillermo Beckert como principal sospechoso del crimen. Este hecho para el Dr. Jorge Pinares, encargado del programa de especialización de Odontología Legal y Forense de la Universidad de Chile, puso de relieve la importancia de esta disciplina en el país. “Aporta de una forma bastante distinta de la que aporta la odontología en su ejercicio clínico (…) Acá nosotros trabajamos al servicio de la ley y la justicia”, asegura.

Frente a este escenario, el Presidente de la República de esa época, Pedro Montt, citó al Dr. Valenzuela a La Moneda. Convencido de que había efectuado un gran servicio al país, el Presidente le ofreció una recompensa por parte del gobierno chileno. El Dr. Valenzuela solicitó la construcción de una moderna Escuela Dental, que se inauguró el 10 de septiembre de 1911 en Avenida Santa María 571, comuna de Recoleta. Posteriormente, en 2007, la renombrada Escuela Dental Dr. Germán Valenzuela Basterrica se reubicó en el edificio de Avda. La Paz Nº 750, lugar donde permanecería hasta la fecha.

Un juicio que lo reveló todo

Guillermo Beckert fue capturado el 13 de febrero de 1909 en el pueblo de Lonquimay intentando llegar a Argentina. Fue detenido por un regimiento de Carabineros solo 8 días después del incendio. Al momento de su aprehensión, se encontraba con patillas falsas, su bigote afeitado y portando un pasaporte con la identidad falsa de Ciro Lara Molke. Al ser interrogado, admitió desde un principio matar a Tapia, pero argumentó que fue en defensa propia.

Al respecto, Guillermo Silva, instructor de Derecho Penal de la Universidad de Chile, comenta que durante el juicio Beckert afirmó estar amenazado de muerte producto de un incidente en la localidad de Caleu que terminó con la muerte de turistas alemanes. Sin embargo, el tribunal probó que las supuestas cartas de amenaza resultarían ser falsas. “Esas amenazas de muerte daban sentido a su relato de que fue atacado y se habría defendido porque alguien quería matarlo. Pero la pericia caligráfica determinó que las letras de las supuestas cartas de amenaza pertenecían justamente a Guillermo Beckert. Por lo tanto, las habría escrito él mismo siendo un paso más definitivo para determinar que él fue quien urdió todo este plan para poder lograr que no fuese capturado”, relata Silva.

En el juicio, además, se descubrió que previo al incendio Beckert llevaba un tiempo defraudando al Imperio Alemán. Para cuando fingió su muerte, algunos medios estimaban que la cifra era cercana a $250.000 pesos de esa época. Al involucrar crímenes que afectaban a Chile y al Imperio Alemán, además de ser un tiempo en donde todavía no existían los tratados de extradición, este caso significó un hito en el ámbito del derecho internacional.

“Ahí las cuestiones relativas al honor nacional que se vería comprometido por el caso fueron discutidas muchas veces en la prensa, como también en el contexto del juicio. En concreto, esto tuvo un rol fundamental para efectos de que Alemania dejara su pretensión de perseguir y castigar a Guillermo Beckert y le entregara a Chile la jurisdicción”, señala el abogado Silva.

Para el juicio, el abogado defensor designado por Beckert terminó excusándose, por lo que el tribunal designó al abogado de turno el día de la aprehensión. Es así como la tarea recae en el abogado de la Universidad de Chile Pablo Ramírez Rodríguez, quien con 23 años llevaba tan solo un año ejerciendo la abogacía. Una tarea compleja desde un principio, pero que fue considerada sensacional por sus pares, dado el carácter legal imposible de los hechos consumados. Posteriormente, Ramírez se convertiría en el primer Contralor General de la República.

Siete meses después del incendio y en una sentencia de 82 páginas, Guillermo Beckert fue condenado a muerte por el homicidio calificado de Exequiel Tapia, convirtiéndose en una de las 57 personas condenadas a muerte por la justicia civil chilena. Otros cargos por los que fue sentenciado incluyeron el incendio de la Legación Alemana (20 años), la defraudación de $45.055 pesos chilenos a la Legación Alemana (20 años), adulteración de cuentas de la Legación Alemana (8 años) y uso indebido de pasaporte falso a nombre de Ciro Lara Molke (multa de $650). Finalmente, fue fusilado el 5 de julio de 1910 en la Penitenciaría de Santiago.

Si quieres saber más sobre el caso, te invitamos a escuchar el capítulo 142 de Universidad de Chile Podcast. Ya disponible en Spotify, Tantaku y Apple Podcast.

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