De seguro, varios pensarán que la energía del estudiante se acaba al cerrarse un libro o en el transcurso de una hora práctica, pero existen alaguno de ellos que son un claro ejemplo que desestima esa afirmación. Son los deportistas de la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile, jóvenes entusiastas que día a día compatibilizan estudio y entrenamiento, lo que califican como sus dos grandes pasiones.
Cursan entre primer y quinto año de su carrera y durante ese tiempo han representado a la Facultad y a su Universidad en más de una fecha nacional e internacional, otorgándole triunfos y aprendizajes. Javier Riquelme, en el juego de Balón Mano; Francisca Vidaurre en el Hockey; Matías Dallaserra y Maximiliano Muñoz en Atletismo; Juan Pablo Larenas en el Rugby; Carla Caorsi en Karate; se esmeran día a día por conseguir la excelencia en sus disciplinas.
El deporte llegó tempranamente a sus vidas. Algunos por el ejemplo de sus padres, como Matías Delaserra, para quien el rol de su madre fue fundamental, llegando a compartir entrenador. “Ella me inculcó la filosofía de vida de siempre estar haciendo deporte”, recordó. Para Juan Pablo Larenas, la historia fue similar, siendo incentivado por su padre, un ex rugbista.
Durante la etapa escolar fueron protagonistas de campeonatos nacionales e internacionales. Entre ellos destaca Maximiliano Muñoz, quien fue vice campeón nacional de Salto alto en Chile y a Francisca Vidaurre que llegó a integrar la selección nacional de Hockey. Tales reconocimientos permitieron que ambos deportistas pudieran optar al ingreso por cupos deportivos que posee la Universidad de Chile.
La misma constancia y perseverancia que demostraron durante su infancia y adolescencia, fue la que prevaleció al momento de ingresar a la Casa de Bello, logrando compatibilizar sus disciplinas deportivas con los deberes estudiantiles. Maximiliano, admitió que el proceso de adaptación fue difícil, debido a la gran carga académica en la Facultad, no obstante, destacó los beneficios de realizar ambas rutinas. “Entrenar sirve para concentrarte y optimizar tus estudios. En Primer Año, luego de clases, me iba a entrenar y volvía tarde a la casa, pero esas dos horas que estaba estudiando eran muy eficientes”, destacó el estudiante de Cuarto Año de Odontología.
El Primer año de Juan Pablo, también fue complejo, ausentándose un mes de sus estudios, debido a un Mundial Juvenil en Estados Unidos y un Campeonato Mundial Universitario en Francia. Sin embargo, admitió que gracias a esta experiencia obtuvo nuevas enseñanzas. “Ahora en el caso de tener una competencia sé cómo planificarme. Sé las capacidades que tengo, y que el apoyo de la Facultad para cambiar las fechas estará”.
Javier Riquelme, por su parte decidió optar por la facilidad que le otorga la Facultad y tomar menos ramos, “ahora estoy más tranquilo y puedo hacer las dos cosas bien”, explicó.
El equipo como motor
Las redes de apoyo durante este proceso son esenciales, así lo cree Carla Caorsi, quien se organiza en grupo para poder entrenar en los horarios libres. “Hacemos todo lo que podemos para adaptarnos”, comentó.
Para Francisca el sentido de responsabilidad con los pares es un motor que incentiva día a día a asistir a los entrenamientos. “Acá dependo de un equipo y el equipo depende de mí”. Además, le ha permitido mejorar su capacidad de relacionarse, permitiéndole “conocer otras personas y recibir críticas, no solamente de alguien superior, sino que también de tus propias compañeras, aprender a decir las cosas, a interpretarlas”, subrayó.
El trabajo en equipo, no sólo se aprecia en los deportes colectivos, sino también en los individuales, pues “se aprende mucho a respetar el trabajo de los que hay detrás, como el entrenador, nutricionista, kinesiólogo, masajista, familia y el resto de la gente que te apoya”, expresó Matías.
Esta capacidad de trabajar en conjunto, que es muy valorada en el ámbito deportivo, también lo es en el espacio profesional. “Dicen que esta carrera es un tanto individual, pero tiene mucho trabajo en equipo. Uno trabaja con un dentista Patólogo, Ortodoncista, Cirujano, Asistente y pacientes, entonces igual hay que tener buenos lazos y confianza”, enfatizó Maximiliano.
El fracaso como parte del proceso
Ante la pregunta por la existencia de la derrota, estos jóvenes deportistas responden con un no rotundo. Para ellos, las pérdidas son parte del proceso, pues “los resultados son a largo plazo, tiempo dentro del cual cabe el fracaso. Uno tiene que aprender a tolerarlo y verlo como parte de algo más grande”, aseguró Matías.
“Un fracaso nos hace darnos cuenta de las cosas que hicimos mal y en qué nos podemos superar. Eso es súper positivo, por eso un éxito después de un fracaso es mucho más valorable que un éxito por primera vez”, agregó Javier Riquelme.
El triunfo se da en el día a día, sentimiento que los incentiva a dar los mejor de sí. “La batalla no se gana en el campeonato, se gana en el entrenamiento”, concluyó Carla Caorsi, con la sabiduría de quien desempeña el deporte.
