Hace 8 meses que se forman como Cirujanos/as Dentistas en la Universidad de Chile, donde se estrenaron como universitarios con docencia remota de emergencia. Se les suspendió la Ceremonia de Bienvenida y también el tradicional recorrido guiado por las instalaciones de Olivos Nº 943. Tampoco han podido buscar la oficina de algún profesor o profesora para aclarar dudas; ni han conocido el CEO; el Casino; ni Machu Picchu. Son nuestros Mechones y Mechonas 2020, una generación que quedará en nuestra memoria por lo inédito de este año, el de la pandemia por COVID-19.
Fernanda Peña Mora, estudiante de 1º Año de Odontología en la Casa de Bello, responde sin titubeos, “ha sido una experiencia completamente nueva, mejor de lo que pude haber esperado, tomando en cuenta que, en el ámbito académico, Odontología es una carrera que necesita, desde los primeros años, bastante práctica, como los pasos prácticos y laboratorios para poder integrar los conocimientos”.
Su evaluación es alentadora, pero sabe que, “no tener una comunicación y contacto directo con los profesores y entre los mismos compañeros, afecta tanto el aprendizaje, como tu esperada vida universitaria". Sin embargo, Fernanda asegura que “esto se contrasta con los esfuerzos de los profesores para hacer todo más grato, intentando que la enseñanza sea más dinámica, al darnos voz y escucharnos como alumnos, y preocuparse de nosotros. Por otro lado, me tocó una buena generación, todos son solidarios y siempre están dispuestos a ayudar y hacer de esta escuela online una más grata”.
Camila Mella Oñate, coincide con su compañera de Nivel, “ha sido una buena experiencia, pues pese a estar con modalidad online, los docentes han sabido sacar esto adelante y han tratado de ser lo más didácticos posible para que logremos integrar el conocimiento de la misma forma que se hacía presencial. Hemos realizado pasos prácticos desde la casa, lo que nos ha ayudado mucho a integrarnos cada vez más con esta carrera”.
Alfonso Peña Araoz anticipa, “no puedo decir que la pandemia y sus consecuencias eran un factor esperado este año, yo creo que, obviamente, nos afectó mucho a todos”. No obstante, la experiencia online lo ha beneficiado, porque le permite regular mejor los tiempos para realizar diversas actividades. “Como provinciano, esta modalidad me ahorra casi 4 o 5 horas diarias en transporte a la Universidad y me permite aprovecharlas en estudio, recreación y muy importante, en descanso. Al mismo tiempo, me da la oportunidad de compartir más con mi familia y seres queridos; todo esto, claro, cuando he sido organizado y eficiente en mis tiempos, ya que si me pierdo un poco se acumulan las cosas y, pese a estar en este formato remoto, aparece la carga académica”, advirtió el estudiante FOUCh.
Y aunque pudo esperar menor presión por carga académica en esta modalidad, Alfonso aseguró que la ha experimentado en algún momento durante este año. “Tampoco esperaba tener una conexión tan buena y llevadera con profesores y compañeros. En un comienzo, me costaba imaginar que alguien pudiese ser empático con el nerviosismo y la ansiedad; por lo que me cerraba un poco a la idea de comprensión del resto, pero estaba totalmente equivocado”.
Pese a ser nativo digital, Alfonso Peña asume que “los alumnos no estábamos preparados para socializar tanto tiempo a través de las pantallas, y los profesores tampoco habían llevado clases online o de manera remota por un período tan extendido de tiempo. Cuando, finalmente, me di cuenta de eso, todo fue mucho más fácil y llevadero, ya que no era el único que estaba pasando por lo mismo”. Entonces, logró “establecer un círculo de compañeros con los que hacemos trabajos y nos ‘juntamos’ a través de las redes sociales, tiramos la talla y hablamos de estos temas, de cómo estamos y lo que estamos sintiendo algunas veces”.
El estudiante de 1º Año destaca que, si bien “no ha sido ‘la mejor experiencia de vida universitaria’, sin duda es una experiencia única que creo, me ha motivado a seguir las clases, ansioso de poder vivir la experiencia presencial y conocer a las demás personas que veo casi a diario en los recuadros de la pantalla”.
La TNE y el primer encuentro presencial
Cuando Secretaría de Estudios FOUCh anunció que entregaría la Tarjeta Nacional Estudiantil (TNE) en persona, a cada estudiante de 1º Año, a los mechones y mechonas se les aceleró el pulso. Es un trámite regular que se realiza en abril de cada año, pero ya corre el onceavo mes del calendario y la cita fue ineludible.
Con una organización local y todas las medidas sanitarias exigidas por nuestros protocolos y planes de retorno, los y las estudiantes fueron organizados para concurrir a las oficinas de Secretaría de Estudios, en el edificio docente administrativo.
Desde el día anterior, recordó Fernanda Peña, “estaba emocionada y expectante para verlos, especialmente como les digo yo: a mis amigos virtuales. Fue un encuentro super emocionante, nos llenamos de buenas energías y pasamos un rato muy agradable; además conocí a nuevos compañeros y aproveché de darme una vuelta por la Facultad para comenzar a familiarizarme con lo que será mi hogar durante los 5 años que restan de esta carrera, que me ha gustado mucho”.
Para Camila Mella fue una instancia “muy gratificante, pues estaba esperando mucho la oportunidad de conocer a mis amigos y poder compartir con ellos, y con algunos compañeros más. También estaba esperando con muchas ansias conocer la Facultad, ya que sólo la había visto por fotos. Me sentí muy cómoda en todo momento, tanto en la Facultad, como compartiendo con mis compañeros; por lo que fue una experiencia y primer acercamiento a la vida universitaria muy buena, después de estar tanto tiempo hablando con ellos solamente online”.
Con la emoción de reunirse con sus compañeros/as y casi sin poder dormir la noche anterior, Alfonso Peña Araoz salió de su casa “casi bailando y en el camino estaba muy ansioso, motivado... lo único que quería era llegar. Estando allí, no vi a nadie al principio, pero cuando entré, reconocí algunos compañeros con los que hablo casi siempre por otros medios y, aunque uno esperaría un encuentro casi de cine, con música de fondo y todo, fue muy diferente”.
La incomodidad de no saber “cómo saludarse correctamente, a qué distancia estar, si es que estaba bien o mal, definió este primer encuentro, algo torpe y principiante”, dijo el estudiante de 1º Año, riendo. Al tiempo que llegaban más estudiantes, el encuentro y la conversación fluyó casi como si nos conociéramos de toda la vida”, expresó el mechón FOUCh.
A Alfonso le gusta “pensar en la idea de encontrarnos, después de casi 8 meses conviviendo mediante pantallas, fue un día muy feliz, en lo personal. Siento que, también, fue chistoso comparar a personas con expectativas de esas personas, así como ‘pensé que eras más alto’, ‘tu voz es un poco extraña por zoom, pero ahora la escucho diferente’ o ‘te imaginaba súper distinto, me gusta tu estilo’; eso nos dio tema de conversación e hizo de la experiencia mucho más amigable y divertida. Sin duda, disfrutaré cuando podamos estar todos ahí presentes, incluidos los profes y compañeros de otras generaciones”.