Una completa actualización sobre el debate en torno al Reglamento Sanitario de los Alimentos (RSA), que permitirá la operación de la Ley 20.606, más conocido como la Ley Súper 8, se desarrolló en el Programa Radial de la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile, “A tu Salud”. El espacio contó con la asistencia de los médicos Cecilia Castillo y José Luis Contreras, representantes del Frente por un Chile Saludable, Marcia Erazo, Académica de la Escuela de Salud Pública y la Dra. Andrea Muñoz, odontóloga salubrista de la Universidad de Chile.
El Reglamento, que espera ser aprobado durante el mes de enero por la Presidencia para iniciar el trámite de toma de razón en la Contraloría General de la República, estipula que será responsabilidad de los productores, distribuidores e importadores de alimentos que la información disponible en el rótulo de los productos sea verídica, asegurando también que todos aquellos que intervengan en el proceso de elaboración de los alimentos cumplan con las buenas prácticas que garanticen la inocuidad de éstos.
La Ley, pese a entrar en rigor a mediados del 2012, ha tenido problemas en la elaboración de su Reglamento, lo que ha dificultado el comienzo de su operatividad. El lobby y las presiones de la industria alimentaria han ennegrecido el proceso.
“A diferencia de otras normativas que salen aprobadas en un mes, ésta tardó 6 años en aprobarse, con un Veto Presidencial entre medio. La elaboración del Reglamento ha sido un martirio, se ha modificado más de tres veces y en el transcurso se perdieron varias cosas importantes, cambiándose los límites definidos para los alimentos. Cada año los términos de los productos altos en azúcar, sal o grasas saturadas son distintos”, afirmó la Dra. Cecilia Castillo, asegurando que a esto se suma la manipulación mediática que ha tenido el tema, por medio de asociaciones de empresas nacionales e internacionales. “El Ministerio de Salud con el respaldo de muchos profesionales se ha tenido que enfrentar con otros ministerios como el de Economía y Relaciones Internacionales, los que finalmente terminaron torciendo las definiciones técnicas que estaban reglamentadas. Es difícil hacer Reglamentos cuando se privilegian los intereses económicos por sobre necesidades de la población”, añadió la profesional.
Para el Dr. José Luis Contreras, “la industria siempre va a querer rentabilidad. Lo sorpresivo es que un Ministerio que está para velar por la salud de la población caiga en problemas éticos y se doblegue a las presiones de la industria. Hoy no hay énfasis en trabajar con los determinantes de las condiciones nocivas en salud”, comentó, por lo que emplazó a la ciudadanía a “exigir sus derechos”.
El descenso en el desarrollo económico es uno de los principales argumentos que se esgrimen a la hora de desacreditar la normativa. Supuesto que es desmentido por la Dra. Marcia Erazo, para quien “un Reglamento riguroso disminuiría el gasto en salud y en licencias. Actualmente, las enfermedades no transmisibles y los costos que éstas conllevan se han incrementado y si no se frenan por primera vez en la historia del mundo, la población va a retroceder en las expectativas de vida”, aseveró.
Epidemia Sanitaria
Endurecer las normativas se hace fundamental “en un escenario epidemiológico preocupante, en donde Chile ha aumentado en pocos años el porcentaje de enfermedades no transmisibles, convirtiéndose en el segundo país en Latinoamérica con mayor obesidad”, explicó la Prof. Erazo en “A tu Salud”. La especialista llamó también a dejar de concebir la obesidad como un problema sólo biomédico y “reconocer su calidad de enfermedad social, donde las condiciones externas, como la pobreza, desinformación y falta de oportunidades son determinantes”.
Los especialistas invitados coincidieron en catalogar a la obesidad como una epidemia sanitaria, que es factor de riesgo para el desarrollo de otras patologías y discapacidades. “Tiene múltiples consecuencias. Hoy en día encontramos niños muy pequeños con el colesterol elevado, resistentes a la insulina y con hígado graso, además se suman todos los problemas traumatológicos y sicológicos asociados. Se estima que estos niños van a tener una expectativa de vida menor a la que tenían sus padres producto de las grandes complicaciones en salud que tienen”, sentenció la Dra. Cecilia Castillo.
Es por ello que el foco no puede estar sólo en el tratamiento, sino también “en la prevención y promoción, para lograr hábitos y estilos de vida saludables. Por ese fin debemos trabajar todos los que estamos en Salud Pública”, finalizó la especialista en nutrición y representante del Frente por un Chile Saludable.